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En qué piensan las mujeres
Directivas debaten en el campus de Nueva York las ventajas de ser más valientes
(De izqda. a dcha.) Jennifer Allyn, PwC; Subha Barry, Working Mother Media; Prof. Mireia Las Heras, IESE; Teri McCaslin, Continental Grain, y Leilani Garrido, Univision, durante la conferencia de Women in Leadership en el campus de Nueva York / Foto: Juan Ude
1 de abril de 2016
“Las mujeres suelen pedir permiso cuando necesitan un día libre. Los hombres lo comunican dándolo por hecho”. Así lo aseguró Teri McCaslin, vicepresidenta ejecutiva en Continental Grain, en el panel de mujeres directivas celebrado recientemente en el campus de Nueva York.
Moderado por la profesora Mireia Las Heras, el debate también contó con la presencia de Subha Barry, directora general y vicepresidente en Working Mother Media; Leilani Garrido (Media AMP ‘16), directora sénior de Recursos Humanos en Univision, y Jennifer Allyn, responsable de Diversidad Estratégica en PwC.
La trampa de la humildad
Leilani Garrido abrió el debate con una observación: “Cuando Univision anuncia una vacante, las mujeres a menudo se preguntan si están cualificadas para el puesto. Los hombres, en cambio, no dudan en enviar su currículum aunque no tengan las aptitudes ni la experiencia requeridas”.
“No pierdes nada por intentarlo”, dijo Garrido. “Tienes que pensar que aprenderás lo necesario en el puesto, igual que lo hacen los hombres”.
Atrapadas en lo que Allyn denomina “la trampa de la humildad”, las mujeres a menudo se muestran reacias a “anunciar” sus logros. “Tu superior no es adivino. Tienes que contarle las cosas increíbles que haces”.
Allyn sugiere que las mujeres inviten a un hombre a revisar sus currículums y logros para hacerlos más “atrevidos”.
Barry recordó que cuando trabajaba en Merrill Lynch ella y otras tres compañeras comían juntas frecuentemente para compartir sus logros. “Alardear de los logros de una era cosa de las otras tres. Al principio no era fácil, pero, con el tiempo, se nos dio bastante bien”.
Atajar los prejuicios
Aún queda mucho por hacer para conseguir la igualdad en el entorno laboral y, concretamente, en la alta dirección, apuntó Allyn. Sin embargo, cuanta más diversidad haya en la dirección de la empresa, más posibilidades habrá de que los trabajadores cuenten con modelos de referencia sin que importe el género, aseguró.
Dicho esto, es fundamental que seamos conscientes de los prejuicios. “Las mujeres se enfrentan a una disyuntiva complicada: el mostrarse cercanas y duras al mismo tiempo”, dijo Allyn.
“Mientras los hombres pueden ser decididos y directos sin que esto afecte a su imagen, el reto es mucho mayor para las mujeres”.
Barry añadió que los mejores líderes, sean hombres o mujeres, usan la empatía en algunas ocasiones y la mano dura en otras. “El truco está en saber cuándo usar cada cosa”, aseguró.
Allanar el camino
Cada una de las panelistas ha dedicado tiempo y esfuerzo a la defensa de la igualdad en los entornos laborales.
Allyn se ha asociado con HeForShe, una campaña de las Naciones Unidas que busca a mil millones de hombres para que apoyen públicamente a mujeres y niñas.
Barry, por su parte, lideró una iniciativa en Merrill Lynch para contratar y apoyar a las mujeres y minorías, y ahora evalúa las políticas y cultura corporativa de cientos de compañías para una lista de las mejores empresas que publica la revista Working Mother.
Con un presupuesto limitado, Garrido lanzó, a través de Univision, un programa de liderazgo competitivo para mujeres con talento. En un campo como el suyo –tradicionalmente dominado por hombres–, McCaslin aboga por contar con mujeres y apuesta por ir más allá de las políticas para encontrar respuestas individuales a las dificultades para conciliar trabajo y familia.