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¿Cómo es el nuevo CFO?
El I Encuentro de Dirección Financiera debate las funciones de esta figura
(De izqda. a dcha.) El profesor José Manuel Campa, David Jiménez-Blanco (CFO, World Duty Free) y Juan Luis Ramírez Beláustegui (Socio Fundador, Portobello Capital) / Foto: Javier Arias
10 de julio de 2015
De controlar la contabilidad de las empresas a ocupar un papel central en el desarrollo de la estrategia de crecimiento del negocio. Este es el nuevo perfil de los directores financieros o Chief Financial Officers (CFO), una figura que ha ampliado sus responsabilidades, sobre todo a raíz de la crisis económica mundial desatada en 2008.
Hoy los directores financieros ya no solo participan en las decisiones de gasto, sino que incluso el CEO busca su consejo y su visión, ya que su nivel de comprensión del negocio ha crecido de manera exponencial. Identificar el valor de la empresa, proporcionar puntos de vista que ayuden a administrar el riesgo, generar confianza. Estos fueron algunos de los aspectos que se abordaron en el I Encuentro de Dirección Financiera, organizado por el IESE, junto con Deloitte y SAP en el campus de Madrid.
“El CFO es hoy, más que nunca, una figura generadora de valor”, sostuvo Juan Luis Ramírez Beláustegui, socio fundador de Portobello Capital. Porque hoy las funciones de la dirección financiera no se limitan únicamente a la auditoría, el control y la tesorería, sino que abarcan tareas más estratégicas. Sin olvidar nunca que la responsabilidad social de un director financiero es la de garantizar el crecimiento sostenible de la compañía.
El profesor José Manuel Campa enumeró las cuatro tareas principales que debe cumplir todo CFO: la planificación financiera de la empresa, la identificación de nuevas fuentes de financiación, la relación con los inversores y la planificación de la estrategia de dividendos.
En este contexto, los directores financieros ya son, y lo serán aún más en el futuro, piezas fundamentales en el desarrollo de los planes de negocio. Los participantes en las jornadas coincidieron en que los directores financieros deberán potenciar diversas habilidades:
1. Tendrán que aprender a planificar escenarios y a adelantarse a las necesidades de socios y proveedores. “No es nada fácil, porque nos obliga a reevaluar constantemente casi cada activo de la compañía y, además, saber qué va a pasar en el futuro es una tarea casi imposible”, admitió David Jiménez-Blanco, CFO de World Duty Free.
2. Deberán ofrecer seguridad al inversor para poder atraerle. Cualquier intento de hacer crecer artificialmente proyecciones es una fuente de problemas, por lo que toda la información que ofrezcan tendrá que ser clara, concisa y ajustada a la realidad. Para ello, deberán presentar de manera sencilla y comprensible las complejidades de las operaciones financieras.
3. Habrán de involucrarse aún más en el desarrollo de la estrategia de crecimiento trabajando mano a mano con otros departamentos de la compañía. “De esta manera el CFO sabrá siempre cómo está evolucionando el negocio. Nuestra labor es ser facilitadores para que el negocio avance pero sin perder de vista cuál es la situación financiera de la empresa”, apuntó Antonio Arnanz, CFO del Grupo DIA.
4. Mantendrán siempre el control de las transacciones. Conservar esa disciplina financiera es básico, pese a las presiones que puede recibir cada vez que se acometen transacciones y operaciones corporativas. “La única manera de asegurarte que los beneficios son sostenibles es ejerciendo un control férreo en las cuentas”, afirmó Andrés García-Tenorio, director financiero de Hotelbeds Group. “Al CFO se le quiere por el valor estratégico que aporta al negocio”.
5. Tendrán que favorecer la comunicación tanto con los auditores externos como con las diferentes áreas operativas de la organización. Esta función coordinadora es vital y debe estar alineada con los objetivos planteados por el CEO y el Consejo de Administración. A su vez, los consejeros deberán arropar al CFO, y dotarle de cobertura y seguridad.
6. Se les exigirá que sean precisos y eficientes. “La eficiencia supone equilibrar los objetivos operativos con los financieros”, reflexionó Ramírez Beláustegui. También deberán tener capacidad analítica y visión de conjunto para orientar muchas decisiones esenciales en la compañía. Su comprensión y visión global son fundamentales más allá del control de los números.